Si tu oficina carece de buena iluminación, tendrás que optar por colores claros; mientras que si es clara por la gran entrada de luz natural que la invade, podrás lucir las más grandes saturaciones. En un término medio podrás escoger tonos brillantes bien intensos que se ven bien en cualquiera de los dos casos. Lo importante es que te inspire según el trabajo que harás en esta habitación.
Otra manera de potenciar tareas creativas sobre todo es colocar los colores intensos delante de la zona de trabajo cuando esta coincide con la pared, o sea, cuando tu mesa de oficina está pegada a la pared y perpendicular a esta por supuesto. Algunos estudios aseguran que si el trabajo es de mucha concentración, lo más recomendable, a pesar de las intensidades, es emplear colores tranquilos como los verdes, azules, grises y sus variaciones.
Los muebles de oficina también debes combinarlos con los colores de modo que se integren al espacio. Por lo general, el mobiliario tiene mucho de metales, pero las superficies de trabajo deben ser claras para que no interfieran en la concentración o de colores neutros. Puedes tener la mesa de la oficina en blanco, negro o grises, no más que eso sino tendrás consecuencias secundarias no aconsejables. Ya la silla y el resto de los muebles pueden ser de los colores que desees según la decoración que tengas siempre y cuando la silla de trabajo te asegure mucho confort. Es lo más importante.
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